Lo que nadie le ha dicho sobre la creación
MILES de millones de personas han leído o escuchado lo que dice la Biblia sobre el origen del universo. Dicho relato —de 3.500 años de antigüedad— comienza con la famosa frase: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”.
Lo que muy poca gente sabe es que
los dirigentes de muchas religiones, así como los llamados
creacionistas y fundamentalistas, han transformado el relato bíblico de
la creación en una sarta de cuentos que apenas se parecen a la historia
original. Esos cuentos, que ni están en la Biblia ni concuerdan con los
hechos probados por la ciencia, han llevado a muchos a creer que el
relato de la creación no es más que una leyenda.
La verdadera historia de la
creación es prácticamente desconocida. Y eso es una lástima, ya que la
Biblia ofrece una explicación lógica, creíble y científica sobre el
origen del universo. ¿Le gustaría conocerla? De seguro se llevará una grata sorpresa.
EL CREADOR SIN CREADOR
De
acuerdo con el relato bíblico de la creación, existe un Ser Supremo, un
Dios todopoderoso que creó todas las cosas. ¿De quién se trata? ¿Cómo
es él? La Biblia muestra que es muy diferente de los dioses que se
exaltan en la cultura popular y las religiones actuales. Aunque es el
Creador de todas las cosas, la mayoría de la gente sabe muy poco sobre
él.
• Dios no es una fuerza que vaya flotando por el espacio; tiene personalidad, pensamientos, sentimientos y metas.
• Dios tiene poder y sabiduría
infinitos. De ahí que se observe un diseño complejo en toda la creación,
sobre todo en los seres vivos.
• Dios existía antes de que
hubiera materia. De hecho, él la creó, de modo que no puede estar hecho
de materia. Él es un espíritu.
• La existencia de Dios no depende del tiempo. Siempre ha existido y siempre existirá; no fue creado por nadie.
• Dios tiene nombre, el cual aparece miles de veces en la Biblia. Ese nombre es Jehová.
• Jehová ama a los seres humanos y se interesa por ellos.
¿CUÁNTO TARDÓ DIOS EN CREAR EL UNIVERSO?
La
Biblia afirma que Dios creo “los cielos y la tierra”. Esta es una
declaración muy general; no especifica cuánto tiempo le tomó crear el universo ni los métodos que empleó. En cambio, los creacionistas piensan que Dios creó el universo
en seis días de veinticuatro horas. Esta idea, rechazada por la
comunidad científica, se basa en una grave malinterpretación de lo que
enseña la Biblia. Veamos qué dice en realidad este libro.
• La Biblia no apoya la
afirmación de los creacionistas y fundamentalistas de que los días
creativos duraron veinticuatro horas cada uno.
• Vez tras vez, la Biblia usa el término día
para hablar de diversos períodos de tiempo, a veces de duración
indeterminada. Ese es el caso del relato de la creación, que aparece en
el libro bíblico de Génesis.
• Cada uno de los seis días creativos de Génesis pudo haber durado miles de años.
• Cuando comenzó el primer día, Dios ya había creado el universo y la Tierra.
• Todo parece indicar que los
seis días creativos fueron largos períodos de tiempo durante los que
Jehová preparó nuestro planeta para ser habitado por el ser humano.
• El relato bíblico de la creación no contradice los cálculos científicos sobre la edad del universo.
¿SE VALIÓ DIOS DE LA EVOLUCIÓN?
Muchas
de las personas que no creen en la Biblia piensan que la vida surgió al
azar a partir de compuestos químicos inertes mediante algún proceso
misterioso. Supuestamente, en cierto momento se formó un organismo
semejante a una bacteria capaz de duplicarse. Con el tiempo, de aquel
organismo evolucionaron todas las especies que existen hoy. Eso querría
decir que el ser humano, con su diseño extraordinariamente complejo,
desciende de las bacterias.
Hay otras personas que creen
tanto en la evolución como en la Biblia. Creen que Dios produjo la vida
en la Tierra y luego se limitó a supervisar —y quizás dirigir— el
proceso de evolución. Sin embargo, la Biblia no dice nada por el estilo.
• Lo que la Biblia dice es que
Jehová creó los diversos géneros de plantas y animales, así como a un
hombre y una mujer perfectos con conciencia de sí mismos y la capacidad
de amar y actuar con sabiduría y justicia.
• Obviamente, los géneros de
animales y plantas que Jehová creó han experimentado cambios, con lo
cual se han producido variaciones dentro de cada género. En algunos
casos, las diferencias son muy marcadas.
• El relato bíblico de la
creación no contradice las observaciones científicas de variaciones que
tienen lugar dentro de los géneros.
LA CREACIÓN HABLA DE SU CREADOR
A mediados del siglo XIX,
el biólogo británico Alfred Russel Wallace llegó a las mismas
conclusiones que Charles Darwin sobre el papel de la selección natural
en la evolución. Pero se dice que incluso este renombrado evolucionista
mencionó lo siguiente: “Para aquellos que tienen ojos y una mente
acostumbrada a reflexionar, está claro que detrás de la célula más
diminuta, de la sangre, de la Tierra y del universo entero [...] hay inteligencia y dirección; en otras palabras, una mente maestra”.
Casi dos mil años antes de que
naciera Wallace, un escritor bíblico hizo esta observación sobre Dios:
“Las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del
mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su
poder [eterno] y Divinidad” (Romanos 1:20).
Deténgase de vez en cuando a reflexionar en las maravillas de
la naturaleza, desde una brizna de hierba hasta los incontables astros
del universo. Meditar en la creación le permitirá percibir a su Creador.
“Pero si realmente hay un Dios
que nos ama —quizás se pregunte—, ¿por qué permite tanto sufrimiento?
¿Habrá abandonado a la humanidad? ¿Qué nos depara el futuro?” La Biblia
contiene muchas otras historias desconocidas; contiene verdades que han
quedado sepultadas bajo infinidad de ideas humanas y doctrinas
religiosas, y por lo tanto escondidas de la mayoría. Los editores de
esta revista, los testigos de Jehová, tendrán el gusto de ayudarle a
conocer lo que la Biblia enseña realmente y a descubrir más sobre el
Creador y el futuro de la creación humana.
[Recuadro de las páginas 6 y 7]
LÍNEA CRONOLÓGICA DE LA CREACIÓN
EL PRINCIPIO
Los cielos y la Tierra fueron creados (Génesis 1:1).
La Tierra estaba sin forma, vacía y en oscuridad (Génesis 1:2).
Al parecer, una luz difusa
penetraba la atmósfera terrestre, pero si hubiera habido alguien en la
superficie, no habría alcanzado a ver la fuente de dicha luz. Con todo,
se empezó a distinguir la diferencia entre el día y la noche (Génesis 1:3-5).
La Tierra estaba cubierta de
agua y una espesa capa de vapor. Estos dos elementos fueron separados:
el agua se quedó en la superficie y el vapor ascendió, creando entre
ellos un espacio abierto. La Biblia dice que este espacio es una
“expansión en medio de las aguas” y lo llama “Cielo” (Génesis 1:6-8).
Las aguas retrocedieron y surgió
la tierra seca. La atmósfera se despejó, por lo que entró un poco más
de luz en el planeta. Apareció la vegetación; nuevas especies brotaron a
lo largo del tercer día y de los días posteriores (Génesis 1:9-13).
El Sol y la Luna comenzaron a verse desde la superficie de la Tierra (Génesis 1:14-19).
Dios creó una multitud de animales marinos y aves con la habilidad de procrearse según su género (Génesis 1:20-23).
Dios creó animales terrestres de
todos los tamaños. Este día culminó con una obra maestra de la
creación: la primera pareja humana (Génesis 1:24-31).
[Comentario de la página 6]